FESTIVAL ESPEJOS DEL ALMA

FESTIVAL ESPEJOS DEL ALMA

domingo, 20 de marzo de 2022

DESNUDO - RAMÓN DE JESÚS HERNÁNDEZ OLIVARES

 

Desnudo


He desvestido mi alma

y me pregunta tantas cosas

¿Qué es sentir ausencia?

Cierro mis ojos para que acudan los recuerdos

de días intensos y tiernos.

 

Extraño el acento meloso de tu voz

en aquellas noches en que tiemblo,

donde escucho mi corazón en lamento,

¡Ausencia! Amiga de mi soledad.

 

¿Feliz? No lo sé.

Soy tierra fértil a tus deseos

y sin embargo, caminas ausente,

¡No notas mi presencia!

 

En tardes de invierno respiré recuerdos,

tardes de lluvia, abrazos cálidos,

pasaban los instantes caminando.

¡Lento! Muy ¡Lento!

 

¿Ausencia? ¡Qué importa!

Si existía el instante para mirarte.

¿Dolor? A veces,

despertar sin tu compañía

calvario de almas.

 

Los firmamentos no son los mismos

a falta de tu silueta junto a la mía,

siempre me invaden lagrimas dolorosas

y aprieto mi corazón,

porque sé que al menos escucharé

los lamentos del silencio.

 

 


martes, 17 de febrero de 2015

POR EL AMOR DE UNA PRINCESA




No tengo el brillo de las esmeraldas más preciadas
Pero si el de mis ojos, que solo a ti pueden verte.
No poseo el ropaje digno de vestirte como una reina
Pero si mi piel para en los inviernos del miedo  cubrirte.

Las riquezas inabarcables no te las  puedo dar
Pero a cambio el oro de la fidelidad tuyo será
No hay tierras majestuosas que te pueda ofrecer
Cuando se es cautivo de tan sublime humanidad.

Si el mar de la  duda ahoga tus pensamientos
Mi voz será el navío que te conduzca a la paz
La tormenta del miedo se disipara
Ante la calma que este corazón te dará.

Sequía en tus labios no habrá mas
Porque el oasis de los míos te saciara
Las ramas de mi carne te acogerán
Para arropar un frio de soledad.

Promesas de Otoño, verdades de primavera
Se vuelven mis poemas de verano.
Repetitivo incansable me volvería
Para decir lo mucho que te amo.

En tiempo me quisiera volver
Pero su dueño quizás no seré.
Ojala en instante pudiera ser.
Así  en cada momento te protegeré

Si la vida es el tesoro más preciado
Tómalo porque ya es tuyo
Solo soy un mortal postrado a tus pies
Que su amor es solo uno.

  Atte.
Un humilde escoces


Efrén Velazde

Veracruz, México



sábado, 7 de febrero de 2015

YRAM SALINAS / MÉXICO


Bajo tu Embrujo, Bahía de Acapulco.
Yram Salinas
Torreón Coahuila,México

Atrapada en la inmensidad
de la bahía de Acapulco
soñarte e imaginarte a mi lado
buscando tus ojos entre olas del  mar,
hoy pasivas llenas de misterio.

Me sorprende el atardecer,
bañado de colores que embrujan
mientras dibujo
tu nombre sobre la arena.

La calmada marea, me hace añorarte
envuelta en el silencio, de mis ser
mientras rompen las olas etéreas,
que bañan de tibieza mi piel.
  
En un abrir y cerrar de ojos llega la noche,
delicado  susurro del viento
de manera sutil y enigmática
su magnetismo me atare.

Acaricia mi alma y sentir mientras
te busco en la obscuridad de sus aguas…
juguetonas y traicioneras, para nuevamente
soñar que estás aquí.

Me sumerjo en ellas, es tú voz que llama.
y estallar quisiera en miles de aventuras
a tu lado entre  todo este mar

espejo de tu alma y la mía.

ROSA CALDEVILLA / ESPAÑA


ES BONITO…
Rosa Caldevilla
España

 Compartir pequeños placeres de la vida,
contemplar una puesta de sol cogidos de la mano
sentir como la brisa acaricia nuestras mejillas
en el invierno, las cumbres cubiertas de manto blanco
al lado de una chimenea que destella calor de hogar
Mirar la noche estrellada con el cuarto menguar
tumbados sobre un tupido lecho de verde hierba.
Perder la noción del tiempo contemplando el bravío mar
elevando su lomo, vomitando espuma en la arena
extraviar nuestras miradas más allá del horizonte
Es bonito sentir, que en un momento bajo
Cuando te atrapan las dudas y los miedos
alguien se funde contigo en un abrazo
dejando escapar de sus labios un “te quiero”
haciendo que se te escape una sonrisa.
Compartir esas alegrías que brotan de dentro
Haciendo participe al otro de ellas
teniendo  una unión de alma y cuerpo



 

Tristeza
Rosa Caldevilla
España

Y esas lágrimas de cristal
en la muda tarde derramadas
quien las vendrá a enjuagar
si solo  queda la almohada
como hombro para reposar.

Cuando la oscura noche
envuelva el frágil cuerpo
no viendo el horizonte
ni estrella en el firmamento
quien la alumbrará

Cuando el alma herida
camine tambaleando
agarrándose en las esquinas
con los poros ensangrentados
quien la sujetará.

Más todo pasa, todo se olvida
volverá el sol a brillar
llegará un nuevo día
de las lágrimas quedara la sal


MIS DESEOS
2015
Rosa Caldevilla
España


Para este año que viene,
no quiero palabras vacías
amigos que van y vienen
regalos de compromiso.

No quiero caricias vanas
abrazos no  sentidos,
ni besos traídos por judas
cariños que son fingidos.
 


Para este año que entra
quiero un abrazo sincero
que me haga sentir segura
cuando yo me tambaleo.

Que cuando mis ojos manen
cristales de punta fina
no deje que se me claven
y me saque una sonrisa.

Para el año que la llega
que me hagan promesas
que al final nunca llegan
quiero  calor de  hoguera
un hombro que me invite
a apoyar mi cansada cabeza,

RAMÓN DE JESÚS HERNÁNDEZ OLIVARES / MÉXICO


ME IGNORAS
Ramón de J. Hernández Olivares
Veracruz, México

Tienes la mirada ausente
buscando figuras en el humo,
en las llamas de  una fogata,
en tu jardín secreto,
y sin embargo, me ignoras.

Escuchas melodías románticas
de una estación preferida,
y te niegas a escuchar mis palpitaciones
agitadas, asincopadas,
llenas de arritmias ante tú presencia,
¡sin abrazarte!  ¡sin besarte!

Duermes de espalda a mí
como huyendo de los demonios
que hoy,
¡habitan en tu alma!
ellos, te carcomen el recuerdo
de nuestra pasión
 te ahogan el llanto y la risa,
para triunfar sobre tú vanidad.

Me ignoras cubriendo tu cuerpo
de esencias orientales,
te olvidas del perfume que embriagaron
nuestros cuerpos,
aquella noche de enero,
de laberintos poéticos.

Sin embargo, me olvidas
ya no soy elixir en tus labios,
¡no soy tu luna! ¡No soy tu elfo enamorado!
solo soy ahora, un recuerdo…

Juraste al viento, al mar y al campo
no amarme, ¡nunca más!

Del Poemario Musas Prohibidas…









ENTRE PETALOS
Ramón de J. Hernández Olivares
Veracruz, México

En mi sueño, cada flor se deshoja
para formar una alfombra de sueños
y nos eleva, para flotar.
En laberintos y remolinos de viento
he visto entre pétalos… tu mirada
que grita “ te ama “
Entre pétalos, pronuncie bellas palabras
para tocar tu alma,
Tu, yo, perdidos en vértigos del tiempo
para  ser depositados en un nido de gaviotas
aferrándose a su amor…como roca.
Entre fragmentos de suspiros
¡Bese tu boca!
¿Cuánto tiempo quede impávido y sin aliento?
¡No lo sé!... apenas respiro.

Del Poemario Musas Prohibidas…


PÍO DOMINGO ROSALES SENA / MÉXICO


ME SIGUE GUSTANDO
Pío Domingo Rosales Sena
México.

Quod amare sit Dea amoris amart Jacqueline

Me sigue gustando
su sonrisa,
sus senos,
la esponja de su lengua,
las delgadas alas
que inmemorablemente extiende
sobre la blancura de las sábanas.
Me sigue gustando
como hacemos el amor
al final de la tarde,
como abrimos al - el cuerpo
a las nuevas brasas
al indolente deseo.
Me gusta que estemos solos,
para masticarnos
de puro placer
de placer puro,
para vocalizarnos
de puro gusto
de gusto puro
cantar sobre la tierra oscura.

Me ha besado tantas veces
que pienso en la eternidad del hemisferio,
en la eternidad de las bugambilias
en las sombras ardientes
volando detrás de los orgasmos.
Ignoro cuanto tiempo
permanezco dopado con sus besos,
besos suave orgíasticos de sus labios
superiores e inferiores.
Labios que me llevan a pensar,
pensar siempre
siempre pensar
en la estructura molecular de los quásares,
en la teoría cuántica,
en la expansión interminable del espacio
espacio cálido húmedo
húmedo cálido de su ser.
Lúcidamente, kamasutricamente
sus columnas dóricas
me cobijan, me aprietan,
me acostumbran, me tumban.

Me acostumbro a que me apriete,
a cobijarme con recuerdos
casi al final de la madrugada
cuando encuentro su amor
pegado en la almohada.

Días, meses, años nado en ese amor
entre alteros de papeles y poemas escritos
escritos en su piel con la copiosa esencia de mi ser.
Años, meses, días juego con la ausencia
adelgazo,
tomo vino a escondidas
a escondidas tomo su vino
para abrir los sobres de la ausencia
y escanciar la juventud derramada
el torrente de sangre
que hace el milagro
de detener los relojes del mundo…
De fundir el espacio – tiempo
la relatividad bigbánica de nuestros cuerpos
en la geometría tántrica  del eros del amor.





  
ASI LA DESEO
Pío Domingo Rosales Sena
México.

Así la deseo
con una sola voz,
con banderas desplegadas,
ardiente,
llorando mariposas.

Así la deseo
febril,
calcinada,
injertada de humedad,
de laberintos sin minotauros,
de rincones oscuros
sin medusas
que reviertan el destino.

El mar arroja en la arena
a la ola, a los ahogados,
los lanza a la playa como peces arponeados,
así arrojo a la playa de tu mar Egeo

mis tritones a media noche, mis peces
brillan sin escamas
abren desmesuradamente las branquias
aniquilados
en la inmensidad del mundo,
tu mundo,
célula de vida
encerrada en la caverna pelágica de Poseidón.

Así la deseo
obnubilada,
con trozos de manzana
girando en la conciencia,
en el mar,
en la punta
de este Ulises,
de una estrella,
tejiendo cual Perséfone
desnuda de cuerpo
el hilo astártico – íaquico
por el puerto
donde encalla la luna,
nuestra luna.





COPA DEL AMOR
Pío Domingo Rosales Sena
México.

Quiero hacer una oda
con mis manos
en tu cuerpo,
con mi cuerpo
hacer alejandrinos
en tu piel.
En la cumbre
de tus bellas montañas
componer sonetos,
en la comarca gala
de ritmo cadencioso
realizar danzas
y poemas gitanos.

No puedo negarlo
necesito rimar en tu cuerpo
poesía en movimiento,
negarlo,
sería negar mi propia existencia.
  
Te amo y…
la intensidad de tu cuerpo
es prolongación erótica
de la intensidad de mi cuerpo.
Cuerpos que al fundirse
en la danza atávica de eros
se perlan de sudor…
Sudor que reclama
ser re – cogido

en la copa del amor.

PATRICIA HERNÁNDEZ VELÁZQUEZ / MÉXICO

Mi amigo Octavio
Patricia Hernández Velázquez
Veracruz, México

En la radio se escucha una vieja melodía. Es la canción favorita de Octavio, mi gran amigo a quien no veo desde hace algunos años. ¿Qué habrá sido de él? Miro hacia el espejo y observo el maquillaje, mi ropa y verifico que la zapatilla combine con la bolsa. No puedo creer que nos veremos nuevamente en unos momentos.

Me acuerdo que le perdí la pista dos meses antes de casarme. Debo apresurarme, nos citamos a las siete y ya son las seis treinta de la tarde. Qué feliz me siento, mi mente retorna quince años atrás cuando nos conocimos en aquel verano. Ambos éramos docentes  y compañeros en un bachillerato particular. Lo recuerdo bien vestido, afeitado y peinado, aunque llamó más mi atención su perfume Dolce & Gabanna, que aceleraba a algunas mujeres a su paso.

La primera vez que nos vimos, lo noté interesado en mí. Un día, durante el receso, se me acercó en la cafetería y se presentó dándome amablemente la mano. Confieso que el corazón me latió acelerado y las manos me sudaron durante los veinticinco minutos que duró el descanso. Ese fue el comienzo y día a día acordábamos desayunar juntos.
  
Los desayunos se convirtieron en comidas y de las comidas pasamos a las tardes de café, las cenas y, claro, a disfrutar de la vida nocturna cada fin de semana.

Diariamente iba a buscarme a casa. Platicábamos largas tardes hasta dar las diez de la noche, hora en que se regresaba a su casa. Era el compañero ideal. Todos decían que yo le gustaba y a mí también, pero sólo se concretaba a correrme a los pretendientes con la mirada.
Una noche, en uno de los tantos antros que recorríamos, me presentó a un grupo de amigos, todos ellos guapísimos, quienes, al igual que él, parecía que iban a una pasarela de algún diseñador, por lo bien vestidos que iban. Yo, con tan sólo veinticuatro años, no tenía gran experiencia en caballeros, pero noté en ellos un amaneramiento femenino. Observé que, aunque Octavio tenía voz gruesa, algunas veces parecía se le escapaba uno que otro movimiento de caderas poco usual en los hombres, mas como me atraía,  y además era un buen prospecto, es decir, el novio que cualquiera de mis amigas de aquella época hubiera querido y, según mi prima,  agradable, nunca le vi los defectos o quería engañarme. Recuerdo que, durante esa velada, con el calor de las copas, me miró largo rato. Observó el vaivén de mis caderas bajo el vestido azul abierto de los lados. Uno de sus amigos, al percatarse de su mirada, salió molesto del lugar.

 La música era provocativa entre alcohol y humo de cigarro.
Repentinamente, sus manos tocaron mis mejillas y, en cuestión de segundos, me vi envuelta entre sus labios. Sus manos recorrieron mi espalda mientras su lengua escudriñaba lenta y suavemente. No recuerdo por qué, pero también, inesperadamente, me alejé de él.

No hubo palabras, únicamente esa sensación de haber besado a un hermano. El encanto que provocaba en mí fue desapareciendo. No pude verlo a los ojos. Salimos del lugar y cada quien tomó un taxi.
Al día siguiente, me llamó para invitarme un café. Iba temerosa. Imaginé que se me iba a declarar, sin embargo, no quería perder su amistad, así que esta vez le diría que no, que me disculpara. ¿Cómo le iba a decir eso sin perder su amistad? Él me encantaba; me costaba trabajo explicar lo que después de ese beso sentí. Al llegar al lujoso restaurante lo vi y, a lo lejos, exclamé: ¡Se ve guapísimo! Nos saludamos, el mesero nos sirvió enseguida el café y, al alejarse, me dijo:

- Mira, Alma, te cité después de pensarlo por casi un año desde que nos conocimos. Creo que ya te habrás de imaginar por dónde va mi conversación.
Las manos me temblaban mientras llevaba a mi boca la taza de café. Le pedí que, por favor, no le diera tantas vueltas al asunto y me dijera lo que tanto había escondido.

 Él continuó:

- Si después de lo que voy a confesarte ya no quieres ser mi amiga, lo voy a entender.
Lágrimas brotaron de sus ojos y, con la voz quebrada, exclamó:
– Soy gay.
Me quedé muda y encendí un cigarro mientras él seguía hablando.

– Tenía tanto miedo de decírtelo. En realidad, cuando me acerqué a ti en aquella cafetería de la escuela fue porque me gustaste desde que te vi. Nunca una mujer me había atraído tanto como me atraes, pero mi amor es de Alejandro, mi pareja. Ahora tú decides: seguimos siendo amigos o te vas a casa y haz de cuenta que nunca me conociste.
Entendí tantas cosas después de ese momento, por ejemplo, su gusto por los disfraces, por Madonna y el color rosa.
Años transcurrieron y nosotros éramos inseparables. Sus tres amigos y pareja se convirtieron en mis amigos. Me querían y respetaban. Nunca fui a sus antros, aunque, para poder sacarme de mi encierro, me acompañaban a los lugares “buga” para después dejarme en casa y seguir ellos su camino hacia sus exclusivos antros. Pero algo pasó desde el momento en que les presenté al que fuera mi novio y, posteriormente, mi esposo. El distanciamiento fue repentino hasta ya no recibir más llamadas ni visitas. Sólo recuerdo que Octavio, en su última llamada, me dijo: “Alma, prométeme que el día que creas necesitarme no dudarás en llamarme; sabes, amiga, que siempre estaré dispuesto para ti”.

 Sin entender la razón de sus palabras en ese momento, cerré la puerta de mi destino y me dispuse a seguir un falso cuento de hadas. 
Seis años más tarde, en una noche de lluvia, llegó mi marido alcoholizado y, con su amante, tiraron a golpes la puerta de mi casa. Asustada, llamé a Octavio. Demasiado tarde. El hombre me golpeó salvajemente, aprovechándose que me encontraba enferma, con fiebre y con las manos atadas por su amante.

-Háblales, perra- decía mientras golpeaba mi cara-. A ver quién de tus amiguitos viene a defenderte.
Me arrojó al suelo y perdí el sentido. No recuerdo cuántas horas transcurrieron. Simplemente recuerdo unas suaves manos limpiando mi rostro ensangrentado  para después levantarme del piso, al tiempo que dio órdenes a  su sirvienta  para cuidar de mis hijos mientras esperaba la ambulancia.
Mi ex esposo desapareció por tres días y una tarde, mientras Octavio me hacía compañía, llegó dando insultos y agrediendo a mi amigo repitiéndole incansables veces la palabra maricón. De pronto, le propinó un puñetazo. Octavio se levantó y le dijo:
-Lo maricón lo llevo en las nalgas, pero lo hombre lo llevo en los puños igual que tú y éstos te van a enseñar a respetar.

Lo dejó ciego del ojo derecho.

Octavio da cátedra en una prestigiada universidad, vive con su pareja, tiene un gran corazón, es gay y también mi amigo.