No tengo el brillo de las
esmeraldas más preciadas
Pero si el de mis ojos,
que solo a ti pueden verte.
No poseo el ropaje digno
de vestirte como una reina
Pero si mi piel para en
los inviernos del miedo cubrirte.
Las riquezas inabarcables
no te las puedo dar
Pero a cambio el oro de la
fidelidad tuyo será
No hay tierras majestuosas
que te pueda ofrecer
Cuando se es cautivo de
tan sublime humanidad.
Si el mar de la duda ahoga tus pensamientos
Mi voz será el navío que te
conduzca a la paz
La tormenta del miedo se
disipara
Ante la calma que este
corazón te dará.
Sequía en tus labios no
habrá mas
Porque el oasis de los
míos te saciara
Las ramas de mi carne te
acogerán
Para arropar un frio de
soledad.
Promesas de Otoño, verdades
de primavera
Se vuelven mis poemas de
verano.
Repetitivo incansable me
volvería
Para decir lo mucho que te
amo.
En tiempo me quisiera
volver
Pero su dueño quizás no
seré.
Ojala en instante pudiera
ser.
Así en cada momento te protegeré
Si la vida es el tesoro
más preciado
Tómalo porque ya es tuyo
Solo soy un mortal
postrado a tus pies
Que su amor es solo uno.
Atte.
Un humilde escoces
Efrén Velazde
Veracruz, México
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